National Autonomous University of Mexico (Mexico) Two shocks of reality
La derrota de la selección mexicana 2-0 ante Argentina en el Mundial de Catar reveló el verdadero nivel del futbol mexicano, y que las expectativas que se generaron en torno a un eventual triunfo fueron producto de una fantasía mediática que provocó un engaño colectivo, afirmó Hugo Luis Sánchez Gudiño, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
El experto en Comunicación de masas destacó que el futbol es hoy en día uno de los negocios más importantes a nivel global como parte de la industria del entretenimiento, y ese modelo de negocio lo único que busca es generar expectativas mediáticas y fantasiosas que nada tienen que ver con los datos duros sobre el nivel competitivo y el desempeño que ha tenido México en los mundiales, pues lo único que interesa es elevar el rating y propiciar un mayor consumo.
“Como parte de este negocio mediático las empresas y las industrias del entretenimiento crean una expectativa un poco fantasiosa que no tiene que ver con los datos duros de este deporte en nuestro país y su competitividad frente a Argentina, y en esa función sólo buscan subir el rating. Hay millones de mexicanos que creyeron en la fantasía mediática de que México ya era una potencia en el futbol, y es entonces que viene la frustración, el desencanto y en cierta medida esa tristeza que embarga a millones de personas que encuentran en este deporte un desahogo y también un distractor a sus problemas individuales o personales”.
Subrayó que con el futbol, al ser un gran negocio del entretenimiento, las industrias mediáticas, las grandes televisoras y también las potentes plataformas digitales despliegan todas las tecnologías para poner en comunión el espectáculo con millones de personas que crean un signo de identidad, así como de nacionalismo, que cada país busca reforzar en la competencia mundialista, e incluso la disputa deportiva llega a traducirse en violencia. “Aquí se puede resumir muy bien el lema que hoy enarbolan millones de fanáticos: ‘juego, luego existo’, y esa es parte de su filosofía que bien se podría complementar diciendo: dime cómo juegas y te diré quién eres”.
Sánchez Gudiño añadió que, a diferencia de mundiales anteriores, en los que la televisión desempeñaba un papel muy importante de difusión y penetración, hoy además de los medios tradicionales existen los nuevos medios de comunicación que son las redes sociales. La variante, dijo, es que antes el público no podía quejarse, y sólo consumía lo que se ofrecía; ahora la gente sí tiene forma de protestar a través del micrófono que representan las plataformas digitales.
En las redes sociales, apuntó, el gran público expresa su satisfacción o su enojo e incluso se puede observar que a partir del resultado del partido de México contra Argentina ya hay tendencias que piden la renuncia de los directivos del futbol mexicano, otras que critican duramente a los jugadores y unas más radicales, que están “linchando” públicamente al entrenador porque metió a unos jugadores y dejó fuera a otros. Las redes sociales son ahora un gran reflector de la opinión pública, por lo que la industria del entretenimiento en torno al futbol tendrá que ver con cómo escuchar a ese público que ahora demanda que “rueden cabezas”.
Por su parte, Carlos Alberto Vázquez, del grupo de intervención en psicología deportiva de la Dirección General del Deporte, consideró que a partir de la derrota de México ante Argentina que generó entre los aficionados sentimientos de decepción, tristeza y molestia, es importante volver a aterrizar las expectativas en la realidad competitiva de la selección, que hoy se ubica en el último lugar de su grupo.
“Tenemos que ser muy realistas y aprender a manejar nuestras expectativas y basar nuestras emociones en posibilidades objetivas de competitividad deportiva. Es complicado porque para ser realistas tenemos que saber mucho del deporte en términos técnicos, prácticos, ser un estudioso de los deportes y no todos alcanzamos este nivel de expertos en la disciplina, pero tenemos que ser realistas. Yo creo que la expectativa que pudimos haber creado sobre la selección nacional termina en lo que es, ocupando un último lugar”.
El experto en psicología del deporte aseguró que en todo evento deportivo las expectativas sobre el desempeño de un equipo son normales e incluso pueden ser buenas, siempre y cuando estén apegadas a la realidad, aunque a veces a algunos les gusta idear y crearlas aún más ambiciosas, pues consideran que se debe mantener un pensamiento mucho más positivo.
Finalmente, insistió en que más allá de las discusiones que se han generado en torno al desempeño de la selección nacional no se debe perder de vista que se trata solamente de un deporte y que lo más importante es seguir disfrutando de este evento, “buscando divertirnos de la mejor manera posible, integrando a la familia, conviviendo con los amigos y pasándola bien por un buen rato”.